En Galicia, la trucha frita es un clásico que sigue apareciendo en muchas casas, sobre todo en zonas de interior. Es un plato que he comido desde pequeño, muchas veces en comidas de domingo, acompañada de una buena ensalada y pan de verdad. Tiene un sabor suave, con un punto crujiente irresistible cuando se fríe bien. Es de esas recetas que no necesitan más que producto, fuego y cariño.
Ingredientes
- 2 truchas limpias y abiertas (puedes pedir que te las preparen tipo libro)
- Harina de trigo para rebozar
- Sal al gusto
- Aceite de oliva para freír
- Limón (opcional)
Dificultad: Fácil
Tiempo estimado de preparación: 15 minutos
Receta de trucha frita paso a paso
- Prepara las truchas. Limpia bien las truchas, eliminando cualquier resto de sangre o vísceras. Sécalas con papel absorbente y sazona con sal al gusto.
- Enharina el pescado. Pasa las truchas por harina por ambos lados, asegurándote de que queden bien cubiertas. Sacude suavemente para quitar el exceso.
- Fríe las truchas. Calienta abundante aceite de oliva en una sartén amplia. Cuando esté bien caliente, incorpora las truchas y fríelas primero por el lado de la piel, durante unos 3-4 minutos.
- Dales la vuelta. Fríe por el otro lado otros 2-3 minutos, hasta que estén doradas y crujientes. Sácalas con cuidado y deja escurrir sobre papel de cocina.
- Sirve caliente. Puedes acompañar con rodajas de limón o una guarnición sencilla como ensalada, patatas cocidas o arroz blanco.
Información nutricional de trucha frita
Valores aproximados por cada 100 g de receta preparada:
Calorías | Proteínas | Grasas | Hidratos de carbono |
---|---|---|---|
170 kcal | 20 g | 9 g | 6 g |
Una receta rica en proteínas de alta calidad, con algo más de grasa por la fritura, pero perfecta como plato ocasional o para cuando apetece algo sabroso y tradicional.
Recetas gallegas de pescado que no fallan
Si te animas con platos parecidos, prueba el bonito a la plancha para una alternativa rápida y saludable. También puedes preparar la merluza a la gallega con ajada, todo un emblema de nuestra cocina. Y si lo tuyo es el horno, la sardina a la parrilla no puede faltar en verano.
Origen e historia de la trucha frita
La trucha frita tiene mucha presencia en zonas como Lugo y Ourense, donde abundan los ríos de agua fría. No es un plato de mar, sino de interior, y se ha cocinado así desde hace décadas: frita en aceite, con apenas una pizca de sal. La clave siempre ha estado en la frescura del pescado y en freírlo con mimo.
Consejos para preparar trucha frita
- Usa aceite caliente pero no humeante, para evitar que se queme la harina.
- Si la trucha es pequeña, puedes freírla entera sin abrirla.
- No la tapes mientras se fríe: evitarás que pierda el punto crujiente.
- Si la piel se rompe, no te preocupes: eso pasa en las mejores cocinas.
- Acompáñala con algo que no le robe protagonismo, como pan gallego o unas patatas cocidas.
Maridajes recomendados
Un vino blanco joven como un albariño o un godello acompaña muy bien. También puedes optar por una sidra fresca o una cerveza artesanal suave. Y como guarnición, una ensalada de tomate con cebolla y un poco de vinagre de Módena le va de maravilla.
Preguntas frecuentes sobre la trucha frita
¿Se puede hacer con trucha congelada?
Sí, pero es importante descongelarla completamente y secarla muy bien antes de freír.
¿Qué harina es mejor para rebozar?
La harina de trigo común va perfecta, aunque también puedes usar harina de maíz para un toque más rústico.
¿Es obligatorio quitarle la piel?
No, de hecho la piel se vuelve crujiente y sabrosa al freír. Mucha gente la disfruta tal cual.