Pescadilla Frita que se muerde la cola

Este plato tiene algo especial que me conecta directamente con las mesas gallegas más auténticas. La pescadilla frita, dorada y crujiente, servida “mordiéndose la cola”, no solo llama la atención por su forma, sino también por lo jugosa que queda por dentro. Es una receta que he visto preparar mil veces, en casa y en bares de menú del día, y que siempre despierta un pequeño entusiasmo cuando llega a la mesa. Es Galicia en su versión más sencilla y sabrosa.

Ingredientes

Dificultad: Fácil
Tiempo estimado: 30 minutos

  • 2 o 3 pescadillas pequeñas (de ración, enteras y sin vísceras)
  • Harina de trigo para rebozar
  • Sal al gusto
  • Aceite de oliva suave para freír
  • Rodajas de limón para acompañar (opcional)

Receta paso a paso de la pescadilla frita

  1. Preparar las pescadillas:
    • Limpia las pescadillas si no lo han hecho en la pescadería, retirando vísceras sin quitar cabeza ni cola.
    • Sécalas bien con papel de cocina.
    • Con cuidado, introduce la cola en la boca de cada pescadilla, formando el clásico gesto de “morderse la cola”. Puedes ayudarte con un palillo si no se mantiene sola.
  2. Rebozado:
    • Añade sal al gusto por ambas caras.
    • Pásalas por harina, sacudiendo bien el exceso para que no queden apelmazadas.
  3. Fritura:
    • Calienta abundante aceite de oliva suave en una sartén grande.
    • Cuando esté bien caliente (sin humear), fríe las pescadillas de una en una o en tandas, con cuidado de no moverlas para que mantengan la forma.
    • Deja freír 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén bien doradas.
  4. Escurrir y servir:
    • Coloca las pescadillas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
    • Sirve al momento, si quieres con limón o una ensalada sencilla.

Información nutricional (aproximada por ración)

CaloríasProteínasGrasasHidratos de carbono
300 kcal25 g15 g10 g

Esta receta es rica en proteínas de calidad, con un aporte moderado de grasa si se escurre bien tras la fritura. Es un plato muy equilibrado, especialmente si se acompaña con una guarnición vegetal. El secreto está en usar aceite limpio y un rebozado ligero.

Otras formas de preparar la pescadilla

  • Pescadilla al horno: Ideal para quienes buscan un plato más ligero, con patatas y verduras al estilo tradicional.
  • Pescadilla a la plancha: Preparación rápida, perfecta para cenas ligeras, conservando todo el sabor del pescado.
  • Pescadilla a la parrilla: Se puede hacer al aire libre, con un toque ahumado y piel crujiente, perfecta para el verano.

Origen e historia de la pescadilla que se muerde la cola

En Galicia, la pescadilla frita que se muerde la cola es todo un clásico. Más que una técnica, es una forma de presentación que se conserva con cariño, sobre todo en casas donde se valora la cocina sencilla pero cuidada. La forma enroscada no es solo estética: ayuda a mantener el pescado compacto durante la fritura y permite una cocción más uniforme. Este gesto tradicional se ha convertido en parte del encanto del plato, tanto en la cocina casera como en los bares de siempre.

Consejos prácticos para una pescadilla perfecta

  • Usa pescadilla fresca de ración, ni muy grande ni demasiado pequeña.
  • Sécala muy bien antes de pasarla por harina, así evitarás que salte el aceite.
  • No escatimes en aceite: debe cubrir al menos hasta la mitad del pescado para una fritura uniforme.
  • Come al momento, recién hecha, para disfrutar del crujiente y evitar que se ablande.

Maridaje recomendado para la pescadilla frita

Nada mejor que un Albariño bien frío o incluso una cerveza rubia ligera. Si buscas algo más clásico, una copa de vino blanco seco de la zona también va perfecto. En cualquier caso, que sea fresco y con buena acidez para limpiar el paladar.

Preguntas frecuentes

¿Puedo preparar esta receta con pescadilla congelada?
Sí, pero descongela completamente y sécala muy bien antes de freírla.

¿Qué hago si no se mantiene la forma de “morderse la cola”?
Puedes ayudarte de un palillo de madera para fijarla durante la fritura y retirarlo justo antes de servir.

¿Con qué acompañar esta receta?
Una ensalada de lechuga y cebolla o unas patatas cocidas con pimentón y aceite hacen de guarnición sencilla y perfecta.