Potaje de garbanzos

Cuando llega el frío y apetece cuchara de la buena, el potaje de garbanzos es una de esas recetas que nunca falla. En casa lo hacemos como manda la tradición: con legumbre cocida a fuego lento, un buen sofrito y un toque de embutido que lo llena de sabor. Es uno de esos platos que alimentan el cuerpo y reconfortan el alma, muy nuestro y perfecto para preparar en cantidad y repetir al día siguiente (¡porque gana aún más sabor!).

Ingredientes

  • 400 g de garbanzos secos (puestos en remojo 12 h antes)
  • 1 chorizo curado
  • 1 trozo de panceta o lacón
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 2 zanahorias
  • 2 patatas
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal al gusto

Dificultad: Fácil
Tiempo estimado: 2 horas (con cocción lenta)

Receta paso a paso del potaje de garbanzos

  1. Preparar la base: En una olla grande, cubre los garbanzos con agua limpia (que los sobrepase al menos 2 dedos). Añade la hoja de laurel, el chorizo y la panceta. Lleva a ebullición y espumar si es necesario.
  2. Hacer el sofrito: En una sartén aparte, sofríe la cebolla y los ajos bien picados en aceite de oliva. Cuando estén dorados, añade el pimentón y retira del fuego enseguida para que no se queme.
  3. Incorporar al potaje: Añade el sofrito a la olla. Pela y corta las zanahorias y las patatas en trozos medianos e incorpóralas también.
  4. Cocer a fuego lento: Cocina a fuego medio-bajo durante 1 hora y media o hasta que los garbanzos estén tiernos. Añade agua si es necesario durante la cocción.
  5. Rectificar y servir: Ajusta de sal, retira el chorizo y la panceta para cortar en rodajas, y sirve caliente con un poco de pan.

Información nutricional (aproximada por ración)

CaloríasProteínasGrasasHidratos de carbono
480 kcal26 g18 g50 g

Un plato completo y saciante, perfecto para los meses fríos y para recuperar la tradición de comer con cuchara.

Guisos con garbanzos y sabor de siempre

Garbanzos con bacalao
Un plato de cuchara clásico y sabroso. El bacalao se funde con los garbanzos y un sofrito de cebolla y pimentón que realza cada bocado.

Potaje de vigilia
Espinacas, bacalao y garbanzos en armonía perfecta. Ligero y lleno de sabor, es ideal tanto para Semana Santa como para cualquier día frío.

Guiso de ternera con patatas, zanahoria y guisantes
Aunque no lleva garbanzos, comparte ese espíritu de plato de cuchara lento y reconfortante. Con carne tierna y verduras bien pochadas, es un guiso de domingo total.

Origen e historia del potaje de garbanzos

El potaje de garbanzos es uno de los guisos más antiguos de la cocina española. Se elaboraba en casas humildes y en conventos, sobre todo en épocas de vigilia o cuaresma, cuando se sustituía la carne por bacalao. Con los años, se adaptó a los productos disponibles en cada región, convirtiéndose en un plato de fondo de despensa y mucho corazón.

¿Sabías esto sobre el potaje?

Una de las claves para que salga perfecto es no cortar la cocción con agua fría. Si necesitas añadir más líquido durante el proceso, caliéntalo antes. Y si lo haces el día anterior, ¡al día siguiente está todavía mejor!

Qué tener en cuenta si es la primera vez que haces potaje de garbanzos

  • Remoja los garbanzos al menos 12 horas antes: Cambia el agua antes de cocerlos.
  • No uses olla exprés si quieres el sabor tradicional: El chup-chup lento marca la diferencia.
  • No remuevas en exceso: Para evitar que se rompan los garbanzos y se deshagan las patatas.

Maridaje recomendado para el potaje de garbanzos

Un tinto joven o crianza suave acompaña de maravilla. También puedes optar por un mencía gallego o incluso una sidra natural si quieres algo más fresco. Y si prefieres evitar el alcohol, un agua fresca con limón o una infusión digestiva al terminar sientan genial.

Preguntas frecuentes

¿Puedo usar garbanzos cocidos de bote?
Sí, aunque perderás parte del sabor de la cocción lenta. Añádelos en los últimos 15 minutos con el sofrito.

¿Se puede congelar el potaje?
Perfectamente. Se conserva muy bien y es ideal para tener raciones listas en el congelador.

¿Qué otros embutidos puedo usar?
Morcilla, lacón o costilla salada funcionan muy bien. Ajusta las cantidades según el sabor que busques.